El 25 de junio pasado, Radio Praga Internacional, publicó una nota referida a la polémica que ha suscitado la edición de una nueva “novela biográfica” sobre Milan Kundera[1].
A pesar de haber sido presentada, en algunos sitios, como la primera novela biográfica en checo sobre Kundera,[2] esta no es la primera vez en que su vida intenta ser retratada desde su país de origen. Ya en el 2014, había sido editado Doživotí, una novela en la que, a pesar de no nombrarlo expresamente, toda la trama gira en torno a la reconstrucción de su figura[3].
La posición de Kundera hacia ambas publicaciones, aquella del 2014 y esta reciente de la cual nos informa Radio Praga, ha sido, coherente con lo que ha manifestado durante años, la de la distancia y la indiferencia.
Esta actitud de Kundera es propia de un escritor que se ha tomado el trabajo (al igual que Borges, aunque hasta al momento con mayor éxito) de pulir su obra, decidiendo que solo puedan reeditarse aquellos libros que, luego de una revisión crítica, sigue considerado valiosos.
Y es propia, también, de alguien que se ha manifestado con convencimiento, tanto desde dentro (El arte de la novela, Los testamentos traicionados) como por fuera de su obra, acerca de los límites del universo literario, explicando porqué estos no deben nunca extenderse más allá del interior de su propia. Debido, fundamentalmente, a que muy poco de lo que él pueda afirmar o negar sobre ella (así como de lo que ha hecho, o dejado de hacer, a lo largo de su vida) puede llegar a transmutarse en aportes significativos.
Kundera, reacio a las entrevistas y la fama, crítico de Brod y de la publicación de los diarios de Kafka, defensor acérrimo de la autonomía de la novela, celoso de su vida privada, ha repetido, una y otra vez, que todo lo valioso que él pudiera decir, acerca de su obra, ya lo ha dicho dentro de ella. Pues, tal como lo destaca Kvetoslav Chvatik para Kundera “el sentido global de una novela nunca debe identificarse con las ideas y opiniones del autor, que se expresan en sus ensayos y sus estudios, en sus cartas y su conversación, etc.” (Chvatik, 1996: 148).
Todo esto, sin embargo, no ha significado, de ninguna manera, que Kundera se haya cerrado a las posibles lecturas e intervenciones de y sobre su obra. El silencio que a él le interesa conservar se impone únicamente a él mismo.
El primero volumen sobre su obra producido en lengua castellana, sin ir más lejos (La ilusión lírica. Ensayo sobre Milan Kundera, el cual posiblemente sea, además, a raíz de su temprana fecha -1980- uno de los primeros en cualquier lengua sobre su obra) ha sido recibido por él con una cálida bienvenida, al señalar que: “He leído La ilusión lírica muy atentamente, sin ninguna ayuda lingüística; y por lo que he comprendido estoy seguro que es un texto excelente y totalmente acertado”[4].
El ensayo de Miguel Espejo (poeta argentino, nacido en Jujuy, que residió durante varios años en México) se centra en la novelística de Kundera, y va desde La broma hasta El libro de la risa y el olvido (que aún no se había traducido al español), pasando por La vida está en otra parte y La despedida; dejando afuera, por las “dificultades de conseguir el material”[5], a El libro de los amores ridículos (que tampoco contaba aún con traducción al español para esa fecha).
A lo largo de una “Introducción” y cinco capítulos (“Edipo, Yocasta y la Revolución”, “La negación de la poesía”, “El cáliz de la belleza”, “El arte ha muerto” e “Historia y olvido”), La ilusión lírica centra su análisis en algunos de los temas claves de la obra de Kundera, como son el lugar que ocupa el arte y lo sublime en las sociedades modernas; la juventud (o, lo que es lo mismo, la edad lírica), su ilusión y sus límites; las relaciones entre belleza y erotismo; la revolución y sus desencantos; o el paso del idilio revolucionario a la pesadilla totalitaria, en un mundo en el que el germen de tales sistemas anida mucho más allá de las ideologías políticas de turno:
A pesar de las particularidades a las que Kundera se refiere, el mundo que interroga es, en un sentido, el mismo que nosotros interrogamos. Pero en otro sentido ese mundo nos es extraño, si confrontamos nuestras realidades sociales con aquellas que se derivan de la puesta en práctica del socialismo y, por lo tanto, no conocemos en carne propia esas nuevas realidades que estos países exudan. Sin embargo, este es el menor de los obstáculos, ya que Kundera intenta hablar sobre todo de ciertas raíces y fundamentos del hombre, en donde se descubren innumerables correspondencias -y también innumerables diferencias- cualquiera sea el sistema y el país donde este habite, pues, antes que nada, y lo olvidamos demasiado a menudo, somos sencilla y complejamente hombres (Espejo, 1984: 140-141).
La recepción que ha tenido la obra de Kundera en Latinoamérica (potenciada, no sólo por su calidad literaria, sino también por sus encuentros y afinidades con destacados autores del boom, con algunos de los cuales, tales los casos de Octavio Paz y Carlos Fuentes, por ejemplo, ha llegado, incluso, a consolidar duraderas amistades) encontró eco también en el crítico de arte y profesor de literatura Fermín Fèvre. Quien en 1987 publicó, a través de la editorial Lexicus, el ensayo Kundera, la áspera verdad.
El texto de Fermín Fèvre se encuentra dividido en dos partes bien diferenciadas: Una primera, dedicada al análisis de la estructura formal de la obra de Kundera, que hace hincapié en la correspondencia entre la producción literaria y las ideas sobre la novela que el propio Kundera ha expuesto en sus distintos ensayos acerca del género. Mientras que una segunda se encuentra destinada a la presentación de breves reseñas argumentativas de los diferentes títulos del autor, compuestas en un tono propio de los suplementos culturales, seguramente resultante de los largos años de labor periodística de Fèvre.
Los nombres con que Fèvre designa a los distintos capítulos de su ensayo son: para la primera parte del libro: “El rescate de la novela”, “El arte de la forma”, “La verdad y la libertad”, “Amor, sexo y destino”, “Lo moderno y la postmodernidad”, “Creencia y percepciones”; mientras que para la segunda, la titulación se limita, simplemente, al título de cada libro que toque reseñar: “La broma”, “El libro de los amores ridículos”, “La vida está en otra parte”, “Jaques y su amo”, “La despedida”, “El libro de la risa y el olvido”, “La insoportable levedad del ser”, “El arte de la novela”.
Un tercer libro en castellano, finalmente, se publicó en 1996. Publicado en su lengua original dos años antes, y escrito por el eslavista checo Kvtoslav Chvatik, La trampa del mundo. Milan Kundera, novelista, fue editado por Tusquets. La misma editorial española que cuenta con los derechos de los últimos (y también de la mayoría) de los libros de Kundera para el mundo hispánico. Este hecho, sumado a que el traductor del libro, Fernando de Valenzuela, es uno de los traductores “autorizados” por Kundera, y que la edición incorpora como “Apéndice” varios textos breves (prólogos, notas aclaratorias, una entrevista…) del propio Kundera, poseedor de sus copyright, permiten aseverar que ha sido esta también, al igual que aquella de Miguel Espejo, una lectura de su obra que el mismo Kundera ha admitido como válida.
El libro de Chvatik, sin duda el más extenso y completo de los tres ensayos, cuenta con el valor agregado de haber sido escrito por un autor que comparte no sólo la lengua natal del mismo Kundera, sino también parte de su historia. Lo cual le permite a Chvatik superar las limitaciones de la lengua y la distancia, remontándose a los primeros escritos de Kundera, y a su génesis como autor y novelista. Dando cuenta, entre otras cosas, de las tempranas variaciones que el propio Kundera ha ido realizando a su obra. Comparando, por ejemplo, las primeras ediciones checas con las lanzadas posteriormente en el extranjero, o repasando y reordenando la cronología de sus escritos, a partir de sus primeras apariciones en publicaciones y revistas checas.
A través de diferentes, y muchas veces extensas, citas a Kundera, Chvatik no sólo saca a la luz aquellos pasajes en los que el ensayista considera que se cristalizan de manera más claras las claves de cada novela, sino también aquellos que consiguen iluminar a las distintas obras entre sí.
Compuesto por un total de diez capítulos, los dos primeros (“La crisis de la narración y la posibilidad de las historias” y “Poesía y verdad”) repasan de manera general a la obra y la figura de Kundera. Mientras que los restantes ocho se encuentran, por una parte, dedicados a analizar las diferentes estructuran narrativas de cada obra (observando cómo tales estructuras siguen los lineamientos de las estructuras compositivas de las piezas musicales, algo que el propio Kundera ha declarado seguir), así como a estudiar los diferentes tipos de narradores, a través de los cuales se da cuerpo a los relatos, observando, además, las diferentes formas en que se iluminan, a través del punto de narración, los diferentes personajes.
Por otra parte, la segunda mitad de cada capítulo, se encuentra destinada a un recorrido analítico por aquellos motivos, temas y tópicos sobre los cuales se ocupan las páginas de Kundera, y a través de los cuales Chvatik va conectando a Kundera con aquellos nombres (propios tanto del mundo de la filosofía como del de la literatura) con los que su obra dialoga.
Los nombres de estos otros ocho capítulos por medio de los cualese Chvatik desarrolla su ensayo, hacen referencia a cada una de las obras sobre las cuales el capítulo se centra (aunque la aparición de sus otras obras, por medio de las múltiples relaciones y comparaciones entre sí sea constante). Los títulos de estos ocho capítulos son: “El nacimiento de un prosista o un Don Juan de la época tardía” (para el capítulo centrado en El libro de los amores ridículos), “La broma de la inocencia y la broma de la historia” (para aquél centrado, como es fácil de adivinar, en La broma), “La edad lírica” (dedicado principalmente a La vida está en otra parte), “La comedia negra de la despedida o El momento del epílogo” (para La despedida), “En busca del acto perdido” (para El libro de la risa y el olvido), “El planeta de la inexperiencia” (La insoportable levedad del ser), “En busca del gesto perdido” (La inmortalidad), y “Kundera y la poética de la novela europea”, capítulo que comienza dedicándose a El arte de la novela, para luego dar paso a las conclusiones finales de Chvatik sobre el autor:
La lengua, el texto, los medios de comunicación de masas, no son en las novelas de Kundera medios de comprensión, de contacto entre los individuos, sino, por el contrario, fuentes de incomprensión, instrumento de manipulación; en contextos diferentes, las palabras cobran un significado contrario, desintegran la originalidad del ser y destruyen el destino de los personajes. En La insoportable levedad del ser Kundera inserta un “Pequeño diccionario de palabras incomprendidas” para mostrar cuán contradictorios son los significados que Sabina y Franz atribuyen a las mismas palabras, las diferentes connotaciones que las mismas palabras despiertan en su conciencia y en qué medida estas diferencias semánticas aceleran su separación. Por el contrario, en la última parte de El libro de la risa y el olvido, “La frontera”, Jan se lleva estupendamente con Hedvika precisamente porque ambos le otorgan a las mismas palabras y mitos significados opuestos, de modo que no se obstaculizan en lo absoluto. La ironía de la comunicación o la pseudocomunicación “enajenadas” no puede ser expresada de un modo más tajante (Chvatik, 1996: 156).
Los textos de Kundera incluidos en el “Apéndice” son: “Nota final para las ediciones americana, italiana y alemana de La vida está en otra parte”, “Kafka, Heidegger, Fellini”, “Cielo estrellado de la Europa central” (extractos de la entrevista realizada a Kundera por Lois Oppenheim, cuyo copyright pertenece a Kundera), “De la Nota del autor para la primera edición checa de La broma, tras la liberación del país de ocupación rusa”, “De la Nota del autor para la primera edición checa de El libro de los amores ridículos, tras la liberación del país de ocupación rusa”, “Diabolum”, “Testamento traicionado de Goethe”, “Existe la francofobia”, “El exilio liberador”[6], “La frase de Schlegel”.
Los tres libros sobre Kundera son:
Espejo, Miguel (1984): La ilusión lírica. Ensayo sobre Milan Kundera. Ed. Hachette. Buenos Aires.
Fèvre, Fermín (1987): Milan Kundera. La áspera verdad. Ed. Lexicus. Buenos Aires.
Chvatik, Kvetoslav (1996): La trampa del mundo. Milan Kundera, novelista. Ed. Tusquets. Barcelona.
[1] https://espanol.radio.cz/novela-biografica-sobre-milan-kundera-levanta-polemica-en-chequia-8684687
[4] La declaración figura en la contratapa de la edición de la primera edición del libro de Miguel Espejo, Ed. Hachette, 1984.
[5] Espejo, 1984: 8.
[6] Este texto, extraído de este mismo libro, y referido al exilio de la escritora checa Vera Linhartova, puede leerse en la entrada de Letras-checas: http://letras-checas.blogspot.com/search/label/Vera%20Linhartova