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Las dos fuerzas

Pero el mundo real, por supuesto, no es el mundo de los cuentos de hadas y menos todavía en aquella época y en aquellos lugares: aquella fe que podía ayudar tanto resultaba ser inútil para la mayoría de la gente que me rodeaba. Yo, sin embargo, sobreviví y llegué a vivir para verlo; para mí las fuerzas del bien, encarnadas sobre todo en el Ejercito Rojo, triunfaron de verdad y tardé un tiempo (al igual que muchos de los que sobrevivieron a la guerra) en comprender en profundidad que muy a menudo no es que se batan las fuerzas del bien contra las del mal, sino que a menudo simplemente se trata de dos fuerzas del mal que compiten entre sí por dominar el mundo.

(Fragmento de El espíritu de Praga, de Ivan Klima. Editorial Acantilado, 2010

)

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